Los niños con estas dificultades tienen problemas con el lenguaje hablado. Los que tienen problemas «receptivos» tienen dificultades para comprender palabras y, como consecuencia, para aprender a hablar. Los que tienen problemas «expresivos» comprenden razonablemente bien, pero tienen dificultades para emitir ellos mismos palabras. Se pueden presentar problemas en la articulación sin trastornos receptivos o expresivos. Algunos niños tienen una combinación de todos estos aspectos de los trastornos del lenguaje. Los niños con trastornos del lenguaje receptivo, especialmente cuando son pequeños, tienden a ignorar los sonidos y a ser socialmente retraídos. Sin embargo, si presentan el trastorno en su forma pura, utilizan gestos, señalamientos con los ojos, expresiones faciales y mímica para comunicarse, y pueden aprender un lenguaje formal de signos. Si aprenden a leer y a escribir pueden comunicarse por medio de la escritura. Se relacionan con otros y desarrollan el juego imaginativo, incluso aunque tengan una conducta inmadura en relación con su edad física. Los trastornos del lenguaje receptivo en su forma pura son comparativamente raros. Las dificultades en la comprensión del lenguaje son, naturalmente, muy normales en los trastornos autistas. Cuando los niños son pequeños, las dificultades receptivas se pueden achacar a un trastorno puro del lenguaje, incluso aunque estén presentes otros aspectos de la tríada de deficiencias. Esto no es ninguna ayuda para el niño o para su familia, ya que retrasa el proporcionarle la educación adecuada, así como asesoramiento y ayuda a los padres. El diagnóstico correcto se debe efectuar basándose en la historia completa y en el cuadro de conducta actual, no sólo en test de lenguaje. Hay algunos niños, en el límite entre el autismo y los trastornos del lenguaje receptivo, en los que se hace difícil el diagnóstico. Lo importante es evaluar la naturaleza exacta de las deficiencias en cada niño individual y preparar los programas educativos y de guía de la conducta para sus necesidades concretas.
Los niños con trastornos
puros del lenguaje expresivo pueden comprender el habla. Pueden utilizar
métodos de comunicación diferentes del habla, son normalmente sociables, aunque
inmaduros, y tienen juegos de imitación social. Los problemas expresivos pueden
ir asociados a una mala coordinación motriz. También se pueden dar junto a
trastornos autistas.
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