Los estudios han
demostrado que una diversidad de trastornos clínicos concretos, susceptibles de
producir patología cerebral, se pueden asociar a trastornos autistas.
El mecanismo tiene que
ser complejo y probablemente implica a más de un gen.
Equipos de investigación
de diferentes países se ocupan ahora de intentar localizar los cromosomas y los
genes que son responsables de la patología, especialmente en el autismo del
tipo descrito por Kanner, aunque ya está claro que dentro de una familia
extensa se puede dar más de un tipo de trastorno autista, así como otros
retrasos o discapacidades en el desarrollo.
Hay opiniones diversas
entre los investigadores en cuanto a la proporción de niños cuyo autismo típico
parece deberse a un estado clínico identificable. Las mejores estimaciones provienen
de los estudios epidemiológicos que tienen en cuenta y examinan a todos los
niños elegibles, porque si un niño tiene, por ejemplo, esclerosis tuberosa, el
autismo asociado puede que no se reconozca y no se remita a una clínica
especializada. Las cifras de los estudios epidemiológicos del autismo típico
varían debido a diferencias en los criterios de selección, pero parece que
alrededor de una cuarta parte tiene un estado clínico identificable que es
probable que haya producido el autismo. Es más probable encontrar estos estados
entre los que tienen dificultades generalizadas de aprendizaje graves o
profundas, aunque se pueden presentar en individuos con cualquier nivel de
capacidad.
PATOLOGÍA DEL CEREBRO
Durante años se han
propuesto diversas teorías en cuanto a las áreas del cerebro afectadas. Las
últimas investigaciones aluden a que están implicadas las zonas denominadas
sistema límbico y cerebelo.
Es probable que lesiones
prenatales en estas áreas interfieran con el proceso de todo tipo de
información recibida por medio de los sentidos y que tengan efectos
considerables en el aprendizaje, en la respuesta emocional y en la conducta en
general. Los resultados se pueden relacionar con el hecho de que la memoria
mecánica en el autismo es buena frecuentemente, mientras que la memoria que
requiere que se asocien y procesen datos de información es mala.
Hasta la fecha los
resultados no son consistentes, pero la mejora en los métodos, que incluyen las
nuevas técnicas de imágenes del cerebro, es de esperar que produzca en el
futuro resultados más concluyentes. También hay ahora interés en las hormonas,
como la oxitocina, que afectan al desarrollo precoz del cerebro.
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